lunes, 11 de noviembre de 2013

La noche antes de los bosques


La noche antes de los bosques
de Bernard-Marie Koltés


Dirección Zaide Silvia

Con: Abraham Vallejo
Traducción: Atanasio Cadena
Adaptación: Zaide Silvia y Abraham Vallejo
Diseño de escenografía, iluminación y vestuario: Patricia Gutiérrez Arriaga
Diseño Sonoro: Richard Mcdowell
Fotografías, arte & diseñográfico: Luis Rojo
Producción ejecutiva: Miguel del Castillo y Abraham Vallejo
Fotografía escénica: José Jorge Carreón
Realización de escenografía: 
                 Planta técnica del Foro la gruta: Francisco Álvarez y Francisco Nuñez
Registro Audivisual de ensayos: Abril Pinedo
Realización de vídeo: Pablo A. Tonatiuh Álvarez
Asistente de dirección y producción ejecutiva: Axel Alvarado
Difusión electrónica: Casa de Francia

Proyecto apoyado por el Fonca

PROGRAMA DE MANO:

Se dice que el teatro es mágico, misterioso.
¿Cuál es su magia? Revelar el misterio de la escena. ¿Cuál es el misterio? Hacer visible lo invisible. Sin truco, sin distracción, frente a nuestros ojos y de manera llana.


Bernard-Marie Koltés funge como mago. De la palabra conforma un personaje que no deseamos ver. Un hombre de la calle, disidente de un sistema que lo explota e ignora. Una paradoja: a condición de existir ha de anularse y prefiere ser, aunque haya que habitar la nada.
Ese hombre surge surge en escena para hacernos ver lo fallido de nuestras estructuras sociales.

¿No tendríamos los humanos el derechos a ser sin tener que pagar con la propia vida, la existencia, el paso por el mundo?
Me lo pregunto todos los ensayos. Mientras se me revela otro gran misterio: el surgimiento de un hacedor de teatro. Un ilusionista sin truco: un actor, prestigiador de su vocación. El gran encantador que, de la nada, genera un proyecto que comparte con otros magos para poder subir a escena y convertirse en el sacerdote semanal de un rito donde, de la nada, mágica y misteriosamente, crea un personaje.

________


¿Cuántas veces no hemos caminado entre las multitudes?, ¿Cuántas veces no nos hemos detenido de repente en medio de "la marabunda" y nos hemos descubierto solos, desprotegidos, frágiles, abandonados?, ¿Cuántas veces no hemos sentido las ganas inmensas de gritar en medio del todo y de la nada para sabernos vivos?

"La noche antes de los bosques" inicia con una espacie de vagabundo en un espacio completamente desnudo, el hombre comienza a hablar, pareciera que son ideas sueltas, sin sentido, poco apoco va dando voces a otros hombres que quizás están ahí presentes, quizás no, quizás sólo son producto de su imaginación, quizás es el público presente, no lo sé.

Ese hombre, esa especie de viajante eterno encuentra a alguien en el camino, le pide un cigarro, le invita a conversar con él, a dialogar, de su vida, de las fábricas, de estos muros que consumen a un ser humano so-pretexto de existir.

Ël no desea ser consumido por ese sistema y al rechazarlo, al hacerse a un lado se anula ante los demás, deja de existir, se vuelve un emigrante, un extranjero.

Él, el viajero sólo desea amar, evoca el recuerdo de una prostituta que amo en un puente y a quien busca noche tras noche en todos los puentes, el amor de una madre que le abandono, el amor de un compañero de viaje.

Poco a poco va despojando su alma de esas capas que le protegen, para mostrar a un hombre vulnerable.
"La noche antes de los bosques" es pues una reflexión sobre la soledad, la incomunicación y quizás la incomprensión, el rechazo, la auto-exclusión.


"No se su verdadero nombre
Y yo no le dije el mio
Nadie sabrá jamas
Que amé a quien estaba una noche
Acostada al borde del puente
(Al mediodia esta lleno de ruidos y gente
Que no puede dejar de moverse
En medio del puente)
Entonces durante el dia,
Escribo en la pared:
mamá, te amo, mamá te amo,
en todas las paredes,
para que no deje de leerlo.
Yo estaré sobre el puente, mamá,
todas las noches,
en el puente de la otra noche,
todas las noches, todas las noches..."


Abraham Vallejo, logra dominar con su actuación, con sus sonidos y sus silencios este unipersonal, encontrando junto a Zaide la espina que los conecta y atrapa al  público durante 70 minutos, demostrando que para hacer teatro, no se requiere de todo un despliegue tecnológico o de grandes presupuestos.

Evidentemente se nota la capacidad de concentración del actor, la disciplina, la entrega en la escena, un trabajo por demás muy limpio, muy cuidadoso en su forma.

Hay momentos en que el ritmo podrían aligerarse un poco.

Este montaje se presento desde el 12 de agosto del 2013 en las instalaciones del Foro La Gruta los días lunes a las 20:30 hrs.

"El hombre es sólo una pequeña partícula en este gran universo"




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