jueves, 16 de septiembre de 2021

El Fantasma de Canterville

El Fantasma de Canterville, obra escrita por Óscar Wilde en el siglo XIX, aborda la historia de un fantasma atrapado en un castillo de Inglaterra. 

Si bien en la obra se retrata la tortura de dicho ente ante una familia que no se inmuta por su presencia y le crea diversas situaciones de constante estrés por las bromas de los gemelos Otis, de manera muy velada también se nos habla de un asesinato, el feminicio de Lady Canterville.
Para que el espititu de Sir Simón de Canterville pueda descansar necesita encontrar la paz y esta la proporciona la hija mayor de la familia Otis, Virginia, a tráves de sus lágrimas y rezos.

La compañía Chunches y Cachivaches Teatro bajo la dirección de Erick Guadarrama apuesta a un lenguaje sencillo y al uso de títeres para contar esta historia de una manera amable y divertida. 



El diseño y realización de títeres a cargo de Angela Yatzil son de una manufactura muy bien cuidada, creativa e interesante, apostando por títeres con partes vivas y de tamaño humano, los vestuarios de estos son ricos en colores y texturas. Así como los pocos pero suficientes elementos escenográficos que el espectador puede disfrutar.


Las interpretaciones a cargo de Héctor Emmanuel Ortega (Sir Simón), Saúl Eiyer (Gemelos Otis), Sarahy Huesca (Virginia Otis), Irazema Hernández (Lucrecia Otis y cuervo), Pily Ramírez (productora)  hacen de esta propuesta algo entretenido y ameno para toda la familia, destacando Sarahy Huesca en el manejo de títeres y Héctor Emmanuel con el uso de la máscara. Lamentablemente al encontrarse en un espacio muy reducido los títeres no lucían del todo y constantemente se cubrían unos a otros, por otro lado aún falta trabajar en la conciencia y corporalidad de este juguete escénico pues en un par de ocasiones los actores se olvidaban del mismo. 

La adaptación del texto la realizó Eve Rodríguez y la iluminación Daniela Acuayte.

Son las primeras funciones de este proyecto, los jóvenes que participan dentro de este montaje maduran con el mismo y van encontrando su relación, su interacción y su propio lenguaje en el uso de títeres, se aplaude que la compañía asuma riesgos para realizar montajes en estos tiempos, cuestionarse y entregar proyectos de buena calidad.  

Larga vida a Chunches y Cachivaches Teatro.