Con motivo del XXVI Encuentro Amantes del Teatro la Compañía de Teatro en Nahuatl de Tlaxcala presento el 10 de enero del 2014 a las 17:30 hrs el montaje escénico "El sacrificio de Isaac", con sede en el Teatro Jiménez Rueda de la Ciudad de México.
Con la participación de más de 20 personas en escena, con olores, texturas, colores y trazos que evocaban a pinturas, la directora Graciela Orozco logra mantener cautivo a un público que no está acostumbrado a escuchar todo un montaje en Náhuatl.
Isaac es llevado con engaños al monte Moira donde Abraham le confirma sus intenciones.
A punto de ser sacrificado Abraham es detenido por un ángel y da gracias por su fé a Dios.
El vestuario es un sincronismo entre lo español y lo mexicano, pues tratando de citar las palabras de Graciela Orozco la idea es regresar a este intercambio entre ambas culturas, la prehispánica y los españoles, es por ello que también utilizan elementos de barro poco "estéticos" y cuya finalidad era únicamente para tomar agua o comer.
Cabe mencionar que el ángel con alas extendidas que se posa encima de la piramide así como el diablo son dos elementos sumamente llamativos, fuertes e imponentes, el segundo con un vestuario realizado a partir de hojas de tamal pintado.
Escenográficamente se resuelve con una pirámide cuya estructura es de metal cubierto con hojas frescas y una flores tejidas cuyo aroma envuelven el espacio escénico y nos trasladan fuera del teatro, quizás a un mundo primitivo y verde, un mundo lleno de vida.
Uno de los objetivos de Orozco es implementar el rescate del teatro evangelizador en la entidad de Tlaxcala, para ello convocó a jóvenes y adultos que no necesariamente estuvieran relacionados con el teatro, pero que compartieran el gusto por el arte, la cultura y sobretodo que tuvieran ganas de aprender a plantarse en un escénario y sentirse orgullosos de ser hablantes Náhuatl.
Orozco hace también la invitación a voltear las miradas hacia nuestras tradiciones, nuestras raíces, tanto o más que los mismos extranjeros que aprenden de nuestra cultura mientras nosotros la ignoramos.
En hora buena y ¡que viva el teatro!
Isaías Avilés
10 enero 2013
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